Hoy en #fossilfriday les presentamos el caso del pecarí “Muknalia mínima”, un fósil que parece ser identificado incorrectamente por Sarah R. Stinnesbeck y otros paleontólogos (entre ellos personal del Museum für Naturkunde Karlsruhe recientemente relacionados con el saqueo de fósiles y colonialismo). Caso que nos dejan ver que además de acaparar los fósiles mexicanos 🇲🇽 para su estudio, ¿realizan malas descripciones🥴? ¿un género y especie nueva o sólo una variación?
En el año 2017 Stinnesbeck y colaboradores, publicaron en la revista Journal of South American Earth Sciences el descubrimiento de los restos de un “nuevo” pecarí en una de las cuevas de Quintana Roo el cual nombraron Muknalia minima. Los restos fósiles corresponden a una rama mandibular izquierda, descubierta en el año 2012 dentro de la cueva sumergida de Muknal cerca de Tulum en el estado de Quintana Roo. Esta cueva forma parte del sistema kárstico de piedra caliza de la Península de Yucatán, zona en la cual se han encontrado restos de ocupación humana de hace miles de años, además de otros ejemplares de la Megafauna de la Edad de Hielo. El nombre del “Muknalia” hace referencia a la cueva Muknal que en Maya quiere decir “inframundo” y el nombre de la especie “minima” es la palabra en latín que quiere decir “pequeño”, que de acuerdo con los autores es una característica de la especie. El holotipo se encuentra en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM con el número de catálogo PQR2011-PALMAS-V-1.
Las características que hicieron a Muknalia minima una nueva especie son una profunda concavidad formada por el borde caudoventral del proceso condilar junto al borde caudal de la rama mandibular, proceso ventral pronunciado, un proceso angular convexo lateral y ventralmente, superficie medial de la mandíbula cóncava, el proceso condilar forma la extremidad más caudal de la mandíbula, una diastema corta en comparación con otros representantes de la familia Tayassuidae y un tamaño corporal pequeño. Es importante aclarar que todas estas características son particulares de este ejemplar y no están presentes en otras especies, durante mucho tiempo los restos de este pequeño tayasuido fue la sensación, pero sus restos se prestaron a una interesante discusión.
En el año 2020 Schubert y colaboradores, entre los cuales se encuentra el Dr. Joaquín Arroyo quien es un especialista en México en cuanto al estudio de la fauna del Pleistoceno, publicaron un artículo en el cual ponían en duda la validez la asignación de Muknalia minima como un género y especie nueva. En este artículo elaboraron una revisión sistemática de los holotipos de las especies de Pecaríes de la zona usando como comparativo a Pecari tajacu como sensu lato por ser el único miembro de un género monotípico con un alto grado de variación y a Tayassu pecari, usando muestras cualitativas y cuantitativas de los fósiles usando softwares de medición computarizada para los dientes (caninos, premolares y molares) y el maxilar en si para la comparación con Muknalia minima.
A partir de este estudio se determinó que las características que Stinnesbeck y colaboradores argumentan como diagnósticas para Muknalia minima se tratan de marcas o alteraciones las cuales no son naturales en los tayasuidos, en cambio estas son el resultado de rotura o pulido causadas por los humanos que habitaron la zona y usaron estos restos para sus actividades cotidianas. En los restos de M.minima se puede observar una zona fibrosa que se puede asociar al uso humano al rozarlo con otros huesos o con cuero, estas son visibles desde el primer artículo, pero estas no se describieron en el momento.
En cuanto a las características diagnósticas, como lo son la concavidad profunda en la cara caudoventral de la mandíbula, la aparición del “proceso angular” y el hecho de que el proceso condilar tiene una mayor extensión que el dentario NO son características del material en sí, estas fueron totalmente causadas por actividad humana sobre el material hace miles de años, además de que el proceso angular no representa una forma única, en cambio se trata de una forma incompleta de una estructura más grande.
En cuanto al estudio de los dientes, la morfología y su longitud intacta es comparable a la vista en Pecari tajacu, además de ser distinta a la vista en otras especies existentes y extintas. Otra característica que los autores de M.minima vieron como relevante fue el tamaño pequeño de la rama mandibular, esta tampoco es una característica determinante y totalmente incorrecta porque este tamaño también se encuentra dentro del rango observado en Pecari tajacu, el pecarí más pequeño del periodo Cuaternario. Con todas estas características re-estudiadas se determinó que el maxilar asignado a Muknalia minima no se trata de una nueva especie, en cambio se re-asigna ahora a Pecari tajacu, el pecarí de collar.
En el mismo año 2020 Stinnesbeck y colaboradores responden este artículo reafirmando su asignación de Muknalia minima como una especie válida a partir de la comparación con otros tayasuidos de la región (actuales y extintos) argumentando la presencia de una zona cóncava en el diastema anterior, siendo esta la única que defienden, junto a la misma interpretación inicial desmintiendo que sean causadas por actividad humana.
La respuesta de Stinnesbeck y colaboradores ante la reasignación de Muknalia minima por Schubert et. al a Pecari tajacu es cuestionable ya que no es la única especie con una descripción pobre y mala por parte de estos autores, también se encuentran los restos de Panthera balamoides (Stinnesbeck, et. al, 2018) los cuales también son reportados como una mala asignación y estos corresponden a posibles restos de Úrsidos (esto reportado por Schubert et. al, 2019 y Ruiz-Ramoni, et. al, 2020). Un caso que nos deja ver que además de acaparar los fósiles mexicanos, parece que los paleontólogos del Museum für Naturkunde Karlsruhe realizan descripciones cuestionables, sumado a sus prácticas colonialistas y al saqueo de fósiles.
Bibliografía
1) Stinnesbeck, S. R., Frey, E., Stinnesbeck, W., Olguín, J. A., Zell, P., Mata, A. T., ... & Nuñez, E. A. (2017). A new fossil peccary from the Pleistocene-Holocene boundary of the eastern Yucatán Peninsula, Mexico. Journal of South American Earth Sciences, 77, 341-349.
2) Schubert, B. W., Samuels, J. X., Chatters, J. C., & Arroyo-Cabrales, J. (2020). Muknalia minima from the Yucatán of Mexico is synonymous with the collared peccary, Pecari tajacu (Artiodactyla: Tayassuidae). Open Quaternary, 6(1).
3) Stinnesbeck, S. R., Stinnesbeck, W., Frey, E., Olguín, J. A., & González, A. H. G. (2021). Comment on Schubert et al. 2020. Muknalia minima from the Yucatán of Mexico is synonymous with the collared peccary, Pecari tajacu (Artiodactyla: Tayassuidae). Open Quaternary, 6: 8, pp. 1–9. Open Quaternary, 7(1).
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